Con estas breves palabras, quiero expresar el cariño y el agradecimiento que tengo en mi

corazón, para con una mujer que me ha brindado su ternura y su cariño, y me ha hecho un regalo excepcional, en el día más especial de mi vida: el de mi boda. No puedo expresar de otro modo la emoción que he sentido, al llevar, ese día, una joya maravillosa, que ella misma lució en el día de su boda, hace casi cincuenta años: un abanico de nácar con incrustaciones.
El día que "mis mamis", me enviaron de regalo nupcial una colchita preciosa para arroparme mientras coso, al abrirlo me encontré un segundo obsequio, este muy personal. Jamás hubiera imaginado que mi mami Pepa, me hiciera merecedora de algo tan importante en su vida, como es este abanico, testigo del día en que ella se unió al amor de su vida. Gracias Pepa, espero poder pagártelo con mi cariño.



GRACIAS "MAMI"